lunes, 17 de octubre de 2011

Mi amigo Óscar.

Mi amigo Óscar es uno de esos príncipes sin reino que corren por ahí esperando que los beses para transformarse en un sapo. Lo entienden todo al revés y por eso me gusta tanto. La gente que piensa que lo entiende todo a derechas hace las cosas a izquierdas, y eso, viniendo de una zurda, lo dice todo. Me mira y se cree que no le veo. Imagina que me evaporaré si me toca y que, si no lo hace se va a evaporar él. Me tiene en un pedestal tan alto que no sabe cómo subirse. Piensa que mis labios son el paraíso, pero no sabe que están envenenados. Yo soy tan cobarde que por no perderle, no se lo digo. Finjo que no le veo y que sí, que me voy a evaporar.


Mi amigo Óscar es uno de esos príncipes que harían bien manteniéndose alejados de los cuentos y de las princesas que los habitan. No sabes que es el príncipe azul que tiene que besar a la bella durmiente para que despierte de su sueño eterno, pero eso es por que Óscar ignora que todos los cuentos son mentiras, aunque no todas las mentiras son cuentos. Los príncipes no son azules y las durmientes, aunque sean bellas, nunca despiertan de su sueño. Es el mejor amigo que nunca he tenido y, si algún día me tropiezo con Merlín, le daré las gracias por haberlo cruzado
en mi camino.



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